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Conectamos con bichitos

Jon Guyton y equipo del campamento

Enseñar a un niño a no pisar una oruga es tan valioso para el niño como para la oruga. – Bradley Miller

Por John Guyton y Lois Connington 
Traducción por Sabrina Sánchez

Los niños son naturalmente curiosos y les interesan los insectos. Los padres y los maestros a menudo pecan de precavidos, lo que desalienta dicha curiosidad al sugerir que los insectos son peligrosos y que los van a morder o picar. Esto es desacertado porque los niños crecen sin el conocimiento esencial, experiencia o entendimiento de los animales con los que van a tener contacto a lo largo de su vida. Una buena práctica es canalizar dicha curiosidad en los estudios académicos. Puede ayudarlos a aprender las diferencias entre los insectos dañinos y los que no lo son y asistirlos para que encuentren las respuestas a sus preguntas básicas.

La entomología puede ser el campo más fácil en el que los novatos pueden hacer contribuciones significativas a la ciencia.
Como los más numerosos y diversos organismos en el planeta, los insectos abundan. Todo lo que hace falta es un insecto o dos, presentado con preguntas de los maestros, educadores medioambientales o padres, para encender una pasión por el descubrimiento científico.

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