El proyecto “¿Quién soy?”

Por David Rude
Traducido por Anabella C. Mazzaferri y Federico Del Carretto

Muchos de nuestros estudiantes carecen de una comprensión básica del medio ambiente. Varios niños afirman que prefieren jugar en lugares cerrados y no participar en actividades al aire libre; esto puede deberse al creciente urbanismo en nuestras comunidades y a la proliferación de ordenadores y consolas de juegos en los hogares. Recién estamos comenzando a entender como esto los afecta social, psicológica y espiritualmente. Las investigaciones en el campo arrojan un resultado en común: las actividades al aire libre juegan un rol muy importante en el tratamiento del desorden por déficit de la atención, obesidad, y depresión infantil (1). Estudios indican que al usar el medio ambiente como contexto en el aprendizaje se mejoran los resultados de exámenes, la solución de problemas, el pensamiento crítico, la toma de decisiones y el comportamiento en general (2).

En mi período como Director de una escuela K-8 (incluye kindergarden hasta 8vo grado) creé un proyecto curricular titulado “¿Quién soy?”, el cual consiste de tareas asignadas al alumno con el fin de enriquecer la conciencia y la comprensión del mundo natural. El proyecto integra elementos de educación ambiental y enfocada en el alumno, Gestalt y teorías existencialistas. Creo que no solo aumenta el conocimiento académico de los estudiantes, sino que también mejora sus habilidades para comunicar, escribir, resolver problemas y aplicar razonamiento deductivo. Mientras completan el trabajo y participan de los debates surgentes, los estudiantes también desarrollan ideas y crean soluciones a los problemas que perciben en el medio ambiente. Encaja perfectamente con los Estandartes de la Enseñanza Nacional de la Ciencia de los Estados Unidos, que afirman: “Una parte importante de la enseñanza de la ciencia es darle a los estudiantes los medios necesarios para comprender y actuar en temas personales y sociales”.