Sacando a la luz el tema de la contaminación lumínica
Por Mike Hansen
Traducido por Fátima C. Da Silva B. Caracas-Venezuela
Si el día de mańna nosotros dejáramos de arrojar a la atmósfera contaminates, a ésta le tomaría años para sanearse. Si se detuviera la propagación de sustancias tóxicas a la tierra, le tomaría décadas a los suelos para retornar a su estado natural. Al parecer, la mayoría de los problemas medioambientales son abrumadores y van más allá del control o impacto de los individuos. Debido al alcance de los problemas y la cantidad de tiempo, las cosas que hacemos para lograr mejoras son difíciles de percibir y de apreciar.
¿No sería genial que hubiera un problema medioambiental que los estudiantes pudieran observar y medir con facilidad? ¿No sería, incluso, mucho mejor si ellos pudieran hacer cosas que tuvieran un impacto inmediato sobre los problemas? Sí, sí existe- y puede ser tan simple como cambiar una luminaria. Ya sea que se llame resplandor, resplandor del cielo nocturno, intromisión de luz, la excesiva iluminación artificial en exteriores se ha empezado a considerar como un verdadero contaminante del medio ambiente que consume energía de manera innecesaria y afecta de manera hasta agresiva la salud de muchos organizamos, incluyendo también a los seres humanos. Los niveles de iluminación nocturna en exteriores, en países industrializados, se han venido duplicando con el pasar de unas cuantas décadas. Este rápido incremento se ha debido a la combinación de factores tales como cambios en la tecnología de iluminación, expansión de las áreas urbanas y un enfoque de cuanto más mejor que se han traducido en unos niveles de iluminación más altos, prácticamente, en todos lados.
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