¿Cuál es vuestra postura?
Por Alanda Greene
Traducido por Ángela Alonso Amador
La mayoría de nosotros crecimos estando expuestos de manera considerable a la televisión y a las pantallas de cine, que continuamente nos ofrecían ejemplos del típico individuo fuerte que siempre sabía distinguir el bien del mal, defendía a los buenos y castigaba a los malos, y nunca vacilaba a la hora de discernir quién era quién. Dichos modelos respaldaban la habitual tendencia humana de dividir el mundo en polos opuestos: creyentes e infieles, ilustrados e ignorantes, honrados y paganos, amigos y enemigos, personas respetables e indignas. Saber qué es lo correcto nos ofrece cierto sentido de seguridad y adoptar una postura a favor de lo correcto nos proporciona integridad. Sin embargo, el mundo en blanco y negro de los antiguos occidentales y de las películas de guerra no aporta estrategias eficaces a la hora de enfrentarse a los complejos retos del mundo real.
El pensamiento polarizado solamente acentúa las divisiones entre personas y fomenta el conflicto, la exclusión y el odio. Piensen en cómo se trataba a los tipos malos y cómo los tipos buenos y heroicos justificaban ese tratamiento.
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