Cómo crear huertos escolares que perduren
Por Jennica Skoug y Beth Hanna
Traducido por Jorgelina Pussetto
Seis años antes de que la huerta del Distrito Escolar “Tomorrow River” existiera en verdes, amarillos y naranjas, existía en blanco y negro. En 2006, un grupo de padres y maestros del lugar, ubicado en Amherst, Wisconsin, redactó una “política de bienestar escolar” que considera a las huertas como una forma para implementar un programa integral de educación nutricional. La política también incluyó planes específicos para instalar la huerta escolar dentro del plan curricular de la escuela. Seis años después, la huerta cobró vida.
En otoño, los alumnos de primer grado de la Sra. Doll caminaban en puntas de pie por un campo de viñas, a la caza de calabazas y zapallos. Junto a los niños estaba el director de servicio de alimentos del distrito: la cosecha de calabaza era lo suficientemente abundante como para cocinar y ser servida en el almuerzo en la escuela K-12 de Amherst. La política de bienestar también establece un espacio para árboles frutales, y el distrito escolar anhela poder recaudar fondos para contratar a un especialista en horticultura.
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