Justicia Social y El Arte de la Literatura

Por Christopher Greenslate
Traducido Por Sandra Rodriguez

El bachillerato puede ser una época de extrema complejidad y ansiedad para muchos estudiantes que atraviesan nuestros pasillos y escuelas. Es un tiempo en el que los jóvenes están descubriendo las relaciones con sus padres y amigos, están preocupados por la apariencia y las calificaciones, sus cuerpos están cambiando, están aprendiendo a conducir, y en algunos casos están obteniendo su primer salario. Sin embargo, es también la época en la que los jóvenes están desarrollando un camino moral, se están enamorando de nuevas ideas, están constantemente retando percepciones, y en algunos casos, eludiendo el status quo a favor de un nuevo estilo de vida e identidad. En este punto de sus vidas, los jóvenes están sin duda comenzando a pensar por ellos mismos y a expandir su radio de curiosidad más allá del hogar y de la escuela hacia un campo social y ambiental en el mundo en general.

Los educadores que quieran enseñar acerca de estos temas, con frecuencia se encuentran ellos mismos en un margen político y filosófico, y pueden preguntarse a ellos mismos si se están aprovechando de los estudiantes para introducir ideas que de alguna manera validan su propio punto de vista del mundo. Sin embargo, el agua y el aire limpios, los derechos humanos, la protección animal, los problemas de hambre del mundo, el racismo, el sexismo y la homofobia, no son temas solo de fanáticos. Estos son los temas de preocupación en nuestra era y no serán resueltos a menos que los jóvenes sean educados y animados hacia ese fin. Si nosotros evitamos esos temas en la escuela secundaria creyendo que nuestros estudiantes los aprenderán en la universidad o después en su vida, estamos siendo inocentes e irresponsables. Continuamos viendo racismo, sexismo, especismo y un alarmante incremento de la destrucción ambiental porque no estamos enseñándole a los jóvenes acerca de estos temas.