Felicidad Sustentable
Por Elin Kelsey y Catherine O’ Brien
Traducido por Michelle Bortoni
Los educadores de medio ambiente tienen a ser personas amables. Somos los primeros que alentamos a un minio a que se una a nosotros para ir a escalar, y los últimos que nos vamos de la fiesta cuando hay basura reciclable que deba ser separada. Un amor a la vida arrastró a muchos de nosotros a esta profesión: el amor a los bichos y pájaros y los paseos en canoa por la mañana o escalar la montaña para ejercitarnos.
La ironía, claro está, es que mucho de lo que enseñamos es deprimente. Cambio climático global, especies en peligro de extinción, destrucción de hábitats, contaminación con plástico: nuestro trabajo es el monitorear la destrucción de todas las cosas que nos importan y preocupan más y extender la alarma a otros. Muy frecuentemente terminamos siendo heraldos involuntarios del pesimismo. ¿Es esta la manera más efectiva de inspirar el compromiso? ¿Qué pasaría si regresáramos a nuestras raíces alegres? ¿Qué pasaría si el explorar la felicidad y todas esas cosas hicieran que nuestro corazón cantara, en L lugar de amenazar con morir, resulta ser la mejor manera de inspirar estilos de vida más verdes entre alumnos y maestros? Hemos investigado estas cuestiones mientras nuevos descubrimientos de la psicología medio ambiental, psicología positiva y resistencia de la investigación proveen un entendimiento fresco acerca de la manera en que nos comprometemos con asuntos medioambientales. El resultado es un campo innovador que une la felicidad con la sustentabilidad: Felicidad Sustentable.
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