Oasis Anfibio

Por Heather Gosselin y Bob Johnson
Traducido por Norma Preza Mac-Kinney

En el marco del Primer Congreso Nacional de Herpetología, llevado a cabo en el año 1989, se inicia el estudio y documentación de la disminución y/o extinción de las especies anfibias alrededor del mundo. Los expertos opinaron que debido a la sensibilidad de la piel de las larvas y los anfibios adultos, éstos son muy susceptibles a los cambios del ambiente, del aire y del agua debidos al uso de pesticidas, herbicidas, lluvia ácida y el aumento de la intensidad de los rayos ultravioleta por el adelgazamiento de la capa de ozono. Por esta razón, los anfibios podrían considerarse “barómetros” (o indicadores de los cambios medioambientales) y su desaparición, un signo de alerta ecológica.

La construcción de un estanque escolar, es una de las maneras más satisfactorias de ayudar a la supervivencia de la población local de anfibios y de embellecer los patios escolares con una connotación ecológica. Mediante un diseño adecuado, apegado a las necesidades vitales de las especies que pretendamos atraer, el estanque permitirá la observación del ciclo vital de plantas, invertebrados y anfibios.

Eligiendo el lugar Idealmente, el estanque debería recibir agua de deshielo. Identifique lugares que de manera natural se encharquen. El agua se dirigirá a ese lugar o se retendrá ahí por medio de alguna especie de dique o represa de pequeñas dimensiones. Un buen inicio podría ser contactar a algún constructor o naturalista que pueda asesorarle sobre las condiciones físicas locales. Trate de elegir un sitio soleado, alejado de los árboles o sus raíces, de pilas de composta, o césped tratado con fertilizantes químicos, ya que el exceso de nutrientes que éste libera, pueden provocar que el agua se torne turbia; considere que el amoniaco contenido en los fertilizantes, es liberado cuando se humedece y puede afectar a los renacuajos.