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Desarrollando el carácter a través de la sabiduría antigua

Por Cheri Isgreen

Traducido por Patricia Santiago

En las culturas indígenas del centro y occidente de Australia, se asignan Yurees a cada persona en etapas significativas de sus vidas. Yurees representan animales, plantas y lugares autóctonos. [1]Una vez asignados, las personas se hacen responsable del Yuree, así como de su entorno. Como cuidadores, aprenden cómo su propio bienestar está estrechamente ligado al bienestar de sus especies totémicas, así como el bienestar general del ambiente[2]. A lo largo de sus vidas, los miembros de las culturas Jarowair y Gorenpul acumulan una serie de Yurees diferentes. Como resultado, el conocimiento de la flora y la fauna es generalizada y los miembros de las comunidades indígenas se consideran guardianes del medio ambiente.[3]

Aprender de la naturaleza es una forma de sabiduría antigua que ha conservado su importancia a través del tiempo. El concepto básico de tener un guía de naturaleza (cualquier ser que vigile o ayuda a una persona o grupo de personas) puede crear un incentivo para que los niños actúen como guardianes del medio ambiente. Mediante el estudio y adopción de una guía inspiradora de la naturaleza, ya sea una planta, un animal, un fenómeno natural o una característica geológica— los estudiantes desarrollarán hábitos de toma de decisiones respetuosa y responsable. Este artículo describe un plan de educación del carácter, con actividades adaptables para estudiantes de K-12. El plan básico se puede adaptar para mejorar los objetivos específicos del grado y de la disciplina. Las lecciones integran ciencia, artes visuales, artes del lenguaje y humanidades.

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