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Sobre la Biodiversidad. Tristezas y alegrías para continuar con fuerza. 

«Look outside of your window. Imagine taking away three-quarters of the living things you see and ask yourself if you want to live in that world.» …..

“Our best guess is that the current extinction rate is between three to 80 times too high» even without counting all threatened species,

Anthony Barnosky, University of California, Berkeley.

From “Are We in the Middle of a Sixth Mass Extinction?” by Ann Gibbons (2011)

 

Por Juan Diego López Giraldo

He estado leyendo algunos de los artículos de “Profes verdes” para inspirar este artículo y he revisado el artículo de Wendy Brown y David Robinson (2014) donde explican que cada especie tiene un propósito; y luego he leído “Estudiando la biodiversidad» de Roxine de Pencier Hameister (2019), la experiencia para personas con discapacidad visual con “El sendero sensorial en Singapur” escrito por Richard Frazier (2002) y dos artículos más que nos hablan de la fragmentación de los hábitats y la diversidad genética y cómo usando las TIC podemos analizar lo que está ocurriendo en nuestro entorno más y a nivel global.

De manera complementaria, hace unas semanas realizamos con la Asociación Hippocampus, www.asociacionhippocampus.com  de la que soy voluntario desde 2006, la apertura del año 2024 para el voluntariado marino con el seguimiento de la población de caballito de mar en la laguna del Mar menor, mostrando la muy frágil y tenue situación de esta población tras la realización de los muestreos realizados en 2023, donde no encontramos en los transectos ningún caballito de mar, aunque algunas personas nos han informado de puntuales avistamientos de la especie en la laguna, incluso pescadores. La esperanza aún no está del todo perdida.

Pero, la sugerencia que encabeza este artículo, de abrir la ventana e imaginarse un escenario futuro que no tenga las 3/4 partes de lo que se ve “vivo” y te preguntes ¿quieres vivir en un mundo así?, deja mucho para pensar sobre lo que estamos haciendo como Homo sapiens en este mundo en este momento (abril 2024). Una parte de nosotros, “humanos” destruyéndonos los unos a los otros en todos los continentes, creando crisis humanitarias, sociales, migratorias y devastando y esquilmando bosques, océanos, ríos, lagunas, costas, montañas, selvas, praderas, témpanos, de hielo, contaminando nuestras aguas, las estepas y hasta nuestro propio aire – y hasta poblaciones humanas (mayo 2024 Franja de Gaza)- en un sinrazón bélica o capitalista egoísta de curva logarítmica que parece no tener fin, ni caída…

En medio de todo esto, Barnosky auguraba ya en 2011, que la tasa de extinción actual podría ser 50 veces más elevada lo que se estimaba en ese momento siendo moderado, respecto a su comentario y sus estimaciones. ¿hasta cuándo vamos o hemos llevado esa escalada?

La mirada global del medio ambiente (Global Environmental Outlook, GEO6, 2019) nos hablaba del declive de la polinización, la extinción de genes, especies y ecosistemas con una tendencia creciente entre reversible e irreversible, y consecuente impacto negativo en la salud publica global empeorando…

Ante estos deplorables hechos y buscando una voz de esperanza podemos ver otros aspectos muchos más positivos de nuestra estancia aquí en este planeta, y para ello comenzar con las palabras del escritor Eduardo Galeano: “Muchas personas pequeñas, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, pueden cambiar el mundo” y habría que añadir para el bien de todos…

Por tanto, una parte de nuestra actividad educadora ahora debería enfocarse a buscar inspiración en todas esas pequeñas y positivas acciones que están ocurriendo en todo el planeta para contribuir a restaurar, revalorar, recuperar la biodiversidad, trabajando con las especies, con los ecosistemas o con la genética y/o con todas a la vez.

Si somos cada vez más conscientes de que cualquier actividad humana requiere bienes y servicios de la biosfera, para empezar con el aire para respirar, por ejemplo Y estos servicios y bienes están en declive, no hay tiempo que perder para empezar a actuar.

El próximo 20 de mayo, y de todos los años siguientes, podemos trabajar para alertar sobre las especies en peligro de extinción (www.endangeredspeciesday.org), y unirnos ese día para hacer una visita al campo o a al mar o al rio, o la laguna o a un área protegida para saber que está pasando con las especies de fauna y flora? ¿cuáles en mi zona están en peligro Y lo más importante ¿qué puedo hacer Yo, para ayudar? ¿qué se está haciendo?

A modo de ejemplo, he de comentar que el caballito de mar (Hippocampus guttulatus) en Murcia (España) y gracias al trabajo de ciencia ciudadana y voluntariado marino se han recolectado datos por más de 10 años para contribuir a su conocimiento y abrir la vía a un plan de recuperación de la especie, a la mejora del estado de su hábitat y proporcionado apoyo al banco genético existente en el acuario de la universidad.

Por otro lado, el sistema global de información sobre biodiversidad, (GBIF) es una red internacional e infraestructura de datos financiada por los gobiernos de todo el mundo para dar a cualquiera, en cualquier lugar, acceso abierto a datos sobre todas las formas de vida en la Tierra, donde las organizaciones que realizan estudios de seguimiento a las especies pueden compartir de manera segura sus datos para contribuir al conocimiento de la biodiversidad global y aprender más sobre el manejo de datos y las herramientas necesarias para su gestión.

Además, podemos comenzar aprendiendo los nombres científicos de las especies que nos rodean con INaturalist o con Plantnet, dos apps que nos ayudan a conocer el entorno desde nuestro teléfono móvil y seguir aprendiendo. Incluso, como docentes interesados en hacer yincanas por la ciudad o en una zona de interés natural o cultural, podemos utilizar Actionbound o Epicollect 5 para el diseño de itinerarios guiados, divertidos que pueden contribuir a enseñar fuera del aula , a estar cerca de la naturaleza y conocer a otras personas con objetivos semejantes y lentamente hacer grupos locales que puedan trabajar juntos para adquirir competencias sobre la biodiversidad.  Hablando de esto, quiero invitarles a que visiten www.teachinggreen.eu y busquen el libro de indicadores sobre biodiversidad, donde encontraran más ejemplos y ejercicios para continuar como estudiantes o como docentes de primaria y secundaria o cómo educadores a trabajar con ciencia ciudadana, fuera de aula y sobre la crisis climática que estamos viviendo y que algunos, aún, no quieren verla.

Si aun así, no es suficiente podríamos leer el artículo de Roxine dePencier Hameister (2019) en Profesores Verdes donde nos enseñan cómo hacer estudios sobre el mundo vegetal, los métodos de muestreo, las observaciones de campo, el análisis de los datos, y cómo podríamos hacer un monitoreo complementario de las plantas, de pájaros, de insectos, de otros animales y compartir a mayor escala todos estos datos y observaciones gracias a la web.

Sin alejarnos demasiado, de lo que ocurre en el planeta tierra, que, y aunque ¾ partes son agua salada marina, desde hace algún tiempo para acá, muchas personas y entre ellas quienes observan el planeta con satélites, están obteniendo miles o millones de datos diarios para análisis la evolución y funcionamiento de todo el planeta. Una de estas vías las ofrece el servicio marino Copernicus. (Llamado así por el satélite y a su vez por el propio astrónomo polaco Nicolás Copernico) que nos proporciona información, formación y multitud de información sobre la situación oceánica planetaria, complementándose con otros satélites como Landsat, por ejemplo.

Tenemos entonces una GRAN ventana para ver lo que ocurre en los mares, desde nuestros portátiles y formarnos en lo que se conoce como “cultura marina” (Ocean literacy) aprendiendo sus principios y acercándonos a conocer las bellezas del océano, así como su situación actual, que cómo ya sabemos, sufre contaminaciones importantes, y si constituye la mayor parte del planeta, y lo estamos viendo cómo se deteriora, todos estos datos nos deben sacudir  para trabajar hacia la mejora de su condición, y afrontar la emergencia climática que vivimos desde los océanos. ¿Podríamos mermar ese impacto o revertir la crisis? Todo va a depender en buena parte de nuestras acciones y comportamiento HOY, junto al uso que le demos a la tecnología, conocimiento que actualmente tenemos como humanidad.

Veamos aspectos inspiradores, como el Sendero Sensorial de Singapur, que nos ofrece un favor de referencia sobre la participación efectiva de la población, trabajando con diversos grupos de población, con campañas ya en 2021 como “Yo Puedo” ( I’m able) donde los planificadores de la ciudad y las empresas, junto con asociaciones civiles han creado parques, caminos, y jardines terapéuticos con aromas y fragancias naturales para conocerlos con cada uno de los 5 sentidos en su recorrido. Uno de ellos, ya se ha extendido mundialmente, y son los senderos braille en la naturaleza para personas invidentes, e incluso hay una asociación que impulsa esta iniciativa de Naturaleza para todos.

Por otro lado, la problemática de la fragmentación de los hábitats y la pérdida de diversidad genética se presentan como graves problemas dentro de la crisis ambiental que estamos viviendo. Para entenderla mejor, hay un artículo de Gareth Thomson, titulado así mismo que nos habla de esta situación en el parque nacional Banff , y sus osos ofreciendo una actividad de simulación en clase, para ver cómo los osos van perdiendo su propio hábitat debido a la fragmentación causada por el desarrollo urbano, las carreteras y otras barreras que impiden las migraciones y movimiento de los osos en la época de apareamiento o para desplazarse a los sitios de alimentación o simplemente para refugiarse. Mediante esta actividad educativa, ¡Osos pardos para siempre! de la sociedad canadiense de parques nacionales y vida silvestre y descrita en el artículo de G. Thomson, la comunidad educativa podría evidenciar y sentir en la simulación la grave tesitura que enfrentan los osos para vivir en sus bosques, dada la presión ejercida por nosotros, los humanos. Es todo un reto, el hecho de ponernos en su situación y ver que podemos hacer entre ambos para subsistir y compartir el mismo hábitat, sin destruirnos mutuamente.

Ahora, veamos algo con la tecnología, el artículo de Dawn Tanner, analizando hábitats y fauna con Google Earth. Aquí nos proponen hacer 3 actividades, con el objetivo de conocer, valorar e investigar sobre un territorio, sus características y las especies que viven en una determinada área. ¿Y se puede empezar por mapear el centro educativo, el patio y preguntarnos ¿qué tan verde es?;¿quién habita en ese espacio en donde sólo se juega en los recreos? Respondiendo a esas preguntas puedo hacer una tabla y un gráfico para recabar datos y presentar a la dirección del centro y a las familias un estudio para evaluar sus posibilidades para “reverdecer” el centro educativo. A modo de comparación podemos elegir un área protegida cercana y podemos valorar la cobertura del suelo (árboles, arbustos, edificaciones, vías de acceso, caminos, agua, laderas o prados…) y podemos ir más allá, cuantificando las zonas reforestadas o de bosque nativo o secundario , incluso parques y jardines urbanos y calcular su área, para obtener una tabla y una gráfica que podemos comparar con el patio escolar, incluso indagar la presencia de algunas aves comunes, si las hubiera o si estuviéramos compartiendo algunas especies de fauna o flora, sin saberlo.

Finalmente, para viajar, gracias a Google Earth, la tercera actividad, de este artículo nos sugiere explorar el hábitat de los grandes felinos, con preguntas como ¿qué nos enseñan las imágenes de satélite sobre el hábitat de tigres, leones y jaguares? Y viajar virtualmente a lugares como el Parque Nacional de Chitwan en Nepal, El Parque Nacional de Serengueti, en Tanzania y las Cataratas de Iguazú entre Argentina, Brasil y Paraguay. Tras este recorrido será posible encontrar condiciones semejantes del hábitat que requieren estos grandes felinos para poder vivir (extensiones de agua, praderas, bosques, zonas apartadas de las urbes…) Y valorar aún más, las necesidades vitales de felinos para simplemente puedan existir…

Vamos de lo más local, a lo más global y así hacer una reflexión sobre los sistemas vivos de nuestro planeta:  los árboles que nos proporcionan el aire que respiramos entre otras muchos beneficios, los paisajes que nos ofrecen servicios ecosistémicos para que la vida florezca, incluida la humana.

Todos estos ejemplos, actividades, noticias, herramientas nos aportan conocimiento para entender lo que ocurre a nuestro alrededor y al mismo tiempo nos animan, y nos dan esperanza, para que, sin olvidar en la grave situación ambiental en la que estamos, recuperemos fuerzas, y sigamos aprendiendo día a día de la naturaleza. Por ello aquí queda este enlace www.asknature.com para mantener viva esta ilusión e innovación para continuar.

 

Murcia, 9 Mayo de 2024

Juan Diego López Giraldo, Msc.

Biólogo. Master en ciencias

Educador. Profesor asociado

Universidad de Murcia

Director de www.vitaxxi.com

Email: jdlgiraldo@vitaxxi.com