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Naturaleza e Imaginación

Por Tricia Edgar
Traducido por Carmen Dorado Fernandez

Los caribúes están inquietos. Olfatean y caminan arrastrándose detrás de mí, esperando que comience la migración. No, no estamos en el lejano norte. Estamos en Vancouver, en la templada selva tropical, y estamos a punto de embarcarnos en un viaje imaginario: una migración estacional de caribúes.

Me encanta trabajar con niños de preescolar y de jardín de infancia. Y es porque tengo la mentalidad de un niño de cinco años: me encanta simular. Durante casi una década de trabajo con niños, me han pillado deslizándome por el suelo como una babosa o bailando cual araña que teje su tela. Y me pagan por hacer esto.

¿Por qué jugar a juegos de simulación cuando hay todo un mundo ahí fuera lleno de bichos, árboles y ríos que explorar? Los educadores medioambientales pueden recurrir a dos importantes fuentes: la naturaleza y la imaginación. Cuando estas dos fuentes se combinan, ¡surge la magia! Por eso, vamos a explorar el lado de la imaginación y echar un vistazo a lo que los juegos de simulación pueden ofrecer respecto a educación medioambiental. Los juegos de simulación:

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